Creo que ya ha llegado el momento. He madurado en el corazón y asimilado en el cerebro ese Martes Santo casi perfecto y estoy en condiciones de hablar de él. Venga, aquí os dejo los momentos mágicos de la salida del Señor, desde la intimidad del interior de la Iglesia. Os reconozco que aún veo estas imágenes de video casero y me estremezco con los recuerdos de un Martes Santo sencillamente maravilloso..... Casi puedo sentir una vez más el calor de los cientos de hermanos que no caben en Santa Ana, la mezcla de olores a incienso y cera derretida, los nervios en el estómago; puedo sentir los mismos abrazos de tantos Martes Santos, la incertidumbre sobre la lluvia y el verde que inunda Santa Ana, un año más, el mismo verde de siempre, mientras pasa la vida....
Imágenes: Liliana Dorador.
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