A vueltas con el Pregón del Costalero, seguimos con el de 1985, pronunciado el día 16 de marzo por un cofrade de todos conocido: Ángel Sabador. Aquí os dejo la tarjeta de invitación a la cena del pregón que se celebró en las Tinajas y cuyo precio fue de 1.100 pesetas (6,60 euros). Qué duda cabe que hoy, por 6,60 euros, no te dan en las Tinajas ni el pan.
Respecto de este pregón, nos cuenta D. Miguel Hurtado lo siguiente:
"Coño, qué mal rato pasamos.
Pensamos que un sitio estupendo para pronunciar el pregón era el Aula Magna de Derecho y allí que vamos a pedirlo, algunos de nosotros éramos universitarios y nos lo podían conceder. Manolo Armillas se entera, monta en cólera porque decía que la Universidad era suya, nos echa de la facultad, ya no sacamos sus pasos, nos quedamos sin parihuela y sin lugar de ensayo. Finalmente, el Señor se apiada de nosotros y conseguimos que el pregón se celebre en el Auditorio del Hospital de San Juan de Dios y, aunque se había comprobado por la mañana, el equipo de altavoces no funcionó por la tarde y mas allá de la sexta fila apenas se escuchaba nada. La asistencia a la cena no fue la esperada, con el consiguiente coste económico, y, para terminar, le toca a A. Méndez el cuadro de la Virgen que se sorteó a los postres. Por aquellos tiempos, ya estábamos a la greña, por lo que, aún siendo el capataz de la cuadrilla no se presentó porque se fué a cenar con una gente de Almería que le había nombrado como pregonero allí, hay que recordar que lo de los hermanos costaleros al este del Guadalquivir estaba empezando y él era una de sus máximos impulsores.
Pa habernos matao."
Pensamos que un sitio estupendo para pronunciar el pregón era el Aula Magna de Derecho y allí que vamos a pedirlo, algunos de nosotros éramos universitarios y nos lo podían conceder. Manolo Armillas se entera, monta en cólera porque decía que la Universidad era suya, nos echa de la facultad, ya no sacamos sus pasos, nos quedamos sin parihuela y sin lugar de ensayo. Finalmente, el Señor se apiada de nosotros y conseguimos que el pregón se celebre en el Auditorio del Hospital de San Juan de Dios y, aunque se había comprobado por la mañana, el equipo de altavoces no funcionó por la tarde y mas allá de la sexta fila apenas se escuchaba nada. La asistencia a la cena no fue la esperada, con el consiguiente coste económico, y, para terminar, le toca a A. Méndez el cuadro de la Virgen que se sorteó a los postres. Por aquellos tiempos, ya estábamos a la greña, por lo que, aún siendo el capataz de la cuadrilla no se presentó porque se fué a cenar con una gente de Almería que le había nombrado como pregonero allí, hay que recordar que lo de los hermanos costaleros al este del Guadalquivir estaba empezando y él era una de sus máximos impulsores.
Pa habernos matao."
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