COSTAL O TRABAJADERA

Con fecha 22 de diciembre de 1991, se celebró la Junta General del Cuerpo de Hermanos Costaleros en la que se dirimió (por segunda vez), de manera democrática, el asunto relativo a la incorporación o no del costal como forma de portar los Pasos de nuestra Hermandad. Aquí arriba tenéis la convocatoria para aquella histórica reunión de hermanos costaleros. Nótese especialmente el enigmático requerimiento contenido al final de la misma: "se le advierte que en esta reunión se van a tratar diversos puntos que van a marcar el futuro de nuestra cuadrilla en los años venideros por lo que es de suma importancia su asistencia".
En esta ocasión sí salió "costal", por lo que, de inmediato la junta de costaleros y, muy particularmente, el Delegado, Miguel Hurtado, se puso a trabajar para llevar a cabo el cambio.

Y, así, casi de inmediato, todos los costaleros de la Hermandad recibimos esta otra carta de aquí abajo en la que se nos convocaba para una nueva reunión, el día 27 de diciembre de 1991, en la que se nos ilustraría sobre el uso del costal. Gracias a Antonio Valentín -que los conocía-, a aquella reunión no faltaron quienes nos enseñaron desinteresadamente buena parte de lo que sabían sobre el costal: la buena gente de Favores, Pepe Carvajal, Alberto Ortega, Juani Lozano y Enrique, naciendo una amistad y una hermandad con esta gente que aún hoy persiste.
Como véis, el primer costal que tuvimos nos costó 1.200 calillas y era -y sigue siendo- blanquito inmaculado, como Dios manda.

Por cierto, que alguno de los que hoy se permiten darnos lecciones de costal y contarnos rollos patateros de los Villanuevas y los Francos, y los Arizas, etc.etc. y lo guachischirripitifláutico que es ser "afisionao", sacar 317 pasos en una semana y llevar la visera baja y no ver un guano, por aquella época estarían en la guardería, tomando potitos bledine y "jiñando" en pañal.