Hubo un tiempo en el que TODOS vendíamos papeletas (muchas papeletas). Nadie protestaba (por lo menos, públicamente) porque el dinero era para NUESTRA HERMANDAD. Y aunque estábamos tiesos, le colocábamos papeletas hasta al lucero del alba. El Pi se encargaba de perseguirnos para que las liquidáramos. Qué arte.
En marzo de 1989, en papeletas de a veinte durazos, rifamos una tv color (ojo, ni plama ni gabinas de cochero) y un video VHS CON MANDO A DISTANCIA (tecnología punta pal que le tocara), jajjjajjjajjaj
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